
Locke (2013) de Steven Knight
Allí era imposible. No se podía y
estaba prohibido. Yo le dije: A la una…, a las dos…, a las tres… Nada. Volví a
hacerlo y esta vez mucho más decidida. Uno…, dos…. Tampoco. Decisiones,
decidirse, semáforo en ámbar. ¿Freno o acelero? ¿Cuál es el cemento más
importante para Ivan Locke? Su familia, su trabajo... Resulta difícil conducir
por la izquierda. Una noche de perros y un Ivan Locke del que nunca nos vamos a
olvidar. Tú, conductor o conductora, no pierdas nunca la calma. Él no la
pierde.
No recuerdo haber pestañeado en
los ochenta minutos que dura la película. Es Tom Hardy. Creo que dije lo mismo de La vie d’Adèle.
Será que me gusta el buen cine y los buenos actores y actrices. Ya sabéis.
Semáforo en ámbar. Una decisión sin tiempo para decidir. Un instinto. Y ahí es cuando somos realmente nosotros mismos.
ResponderEliminarNo estaba prohibido. Se podía. Hay muy pocas cosas imposibles. Ese tiempo para pensar y decidir es el que a veces nos traiciona. Nos hace ver imposible lo que únicamente es difícil. No dejemos que lo haga. Luchemos. En fin, contra nosotros mismos, contra nuestras ideas inservibles, nuestros miedos. Somos libres. Seamos nosotros. Conduzcamos por la izquierda. Pero sin perder la calma.
Hoy necesito tiempo. Necesito ochenta minutos.
Y decir tres.