viernes, 23 de marzo de 2012

"Mira tan lejos como puedas, hay espacio ilimitado allá, cuenta tantas horas como puedas, hay tiempo ilimitado antes y después" (Walt Whitman)



 
Corredores a sus marcas... Listos...¡Fuera!
La carrera comienza. Los participantes han venido de distintos lugares del mundo. Espléndido día en Green Park. Sol, vestidos de colores y gafas de sol, muchas gafas de sol. Vean como corre el dorsal número 8. Viene desde Greenbow, Alabama y es famoso por haber atravesado el estado de Alabama corriendo, llegar hasta el océano, volver a Greenbow y continuar corriendo. Pero, ¿Qué ven mis ojos? Ahí está, en blanco y negro, desde Nottinghan, Inglaterra. ¡Miren como mueve sus brazos! Es inconfundible. Es Colin Smith. ¿Lo volverá a hacer? ¿Volverá a encabezar la carrera y detenerse a escasos metros de la meta? El mejor corredor de fondo de la historia, damas y caballeros. Nuevas categorías este año. Parejas, grupos. Ahí vienen, son ellos. Los tres. Corren como lo hicieron en aquella pasarela de las vías del tren. Imagen grabada en nuestras mentes. Lugar atravesado a diario por centenares de personas que desearían hacerlo de la forma en la que estos tres amigos lo hicieron. El bullicio del público, sus gritos de ánimo, sus chirriantes silbidos dan emoción a la carrera. El último corredor asoma. En el último puesto, desde Italia, el Papa que pasará a la historia. ¡Cómo corre, señores!. Saluda al público y corre a la vez. No es nada raro, ya lo hizo en su día. Escaleras abajo por todo el Vaticano. Decidió huir y correr sin rumbo. Un actor sin papel. Ambiente de júbilo en esta carrera y no son corredores profesionales. No importa la meta. Sus movimientos no son rígidos. Sus gestos no sufren. Agitan sus brazos y gritan y sonríen.

Participa. Sal corriendo. Baja las escaleras, no te agarres a la barandilla, pega un salto en el último escalón. Abre la puerta, mira hacia adelante, sigue, corre, agita los brazos, respira. Todo va a estar bien. Hazlo como ellos lo hicieron en “Forrest Gump” de Robert Zemeckis, “La soledad del corredor de fondo” de Tony Richardson , Jules y Jim” de François Truffaut y “Habemus Papam” de Nanni Moretti.

A Catherine, Jules, Jim, Colin, Forrest, el Papa interpretado por Piccoli, que aunque parecen no tener nada en común, unos en blanco y negro, otros en color, unos en Francia, otros en Italia, Estados Unidos o Inglaterra, todos coinciden en que simplemente quisieron sentirse libres.




No hay comentarios:

Publicar un comentario